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El estaría sentado en un ban¬quito, la suegra por un lado lo miraba con fobia, por el otro la novia con pa¬sión, y nació Charles, el de la dolorosa sonrisa torcida. Limávida.–Fundo del departamento de Petorca situado en la ribera izquierda del río Chuapa al lado oriental del fundo de las Cañas y al O. de Tambo ó Santo Tomás de Chuapa. Longaví (Pico de).–Cabezo notable del lado occidental de los Andes. Laguna Verde.–Pintoresco depósito de aguas salinas en la serranía de la parte oriental del departamento de Antofagasta, próximo al N. del lago de Ascotán y al S. de los saladares de Carcote. Lepe.–Caserío pequeño del departamento de Melipilla situado en el abra de la parte superior del riachuelo de Puangue á corta distancia hacia el N. de Curacavi y al S. del fundo de Colliguay. Inmediatamente al E. de esta punta desagua un riachuelo denominado Cupanlevu y al O. el Pilluco, que proceden de los collados que se levantan vecinos al S. Es célebre porque en este punto desembarcó el 13 de enero de 1826 la expedición patriota que aceleró la evacuación de las tropas españolas de la plaza de Ancud y la rendición de Chiloé. El antiguo mapa de Poncho Chileno llama á esta subida cuesta de la Lía, y algunos dicen de Elías, nombre que también suelen dar al riachuelo.

Cierto que no trabaja, cierto que se pasa el día sentado en el umbral, cierto que pudo haberse casado con Men¬gano, que ahora es capataz en la Aduana; pero el destino de la vida no se puede cambiar. Le dije a mi suegra (para mí una futura suegra está en su peor fase du¬rante el noviazgo) sonriendo con melancolía y resignación, que cuando con¬siguiera empleo me casaba y un buen día consigo un puesto, supervigo ¡ ¿Es que el leguiyún no cree en el amor? No me parece mal, porque uno antes de casarse «debe conocerse» o conocer al otro, mejor dicho, que el co¬nocerse uno no tiene importancia, y conocer al otro, para embromarlo, sí vale. Usted leerá por curiosidad libros y libros y siempre lle¬gará a esa fatal palabra terminal: «Pero sí esto lo había pensado yo, ya». Frente a las vidrieras de las agencias de automóviles, hay detenidos, a toda hora, zaparrastrosos inverosímiles, que relojean una má¬quina de diez mil para arriba y piensan si ésa es la marca que les conviene comprar, mientras estrujan en el bolsillo la única monedita que les servi¬rá para almorzar y cenar en un bar automático. Soy feliz una hora, para ser desgraciado un año.

Colocó su sombrero sobre una silla, descubriendo una cabeza sobre la cual habian dejado apenas tres ó cuatro trencitas de un cabello gris, los cincuenta ó cincuenta y dos años que habian pasado sobre él. Al mismo tiempo que me sonreía con las mandíbulas, nueva camiseta del barcelona me daba puñala¬das con los ojos. Sus repetidos obsequios, sus ardientes y significativas miradas, sus almivaradas frases, todo ponia en trasparencia a los ojos de Camila sus depravadas das miras. A todo esto, mi novia y la madre andaban a la gre¬ña. Mi novia puso cara de «piola», y entonces con gesto dig¬no de un héroe hice cuentas. Ella aceptó y yo tuve el orgullo de afirmar que mi novia era inteligente. Mi novia movió la cabeza aceptando mis razonamientos (cuando son novias, las mujeres pasan por un fenómeno cu¬rioso, aceptan todo los razonamientos; cuando se casan el fenómeno se in¬vierte, somos los hombres los que tenemos que aceptar sus razonamientos).

Le demostré con el lápiz en una mano, el catálogo de los muebles en otra y un presupuesto de Longobardi encima de la mesa, que era imposible todo casorio sin un sueldo mínimo de tres¬cientos pesos, cuando menos, doscientos cincuenta. Casándose con doscientos cincuenta había que invitar con masas podridas a los amigos. Tenemos todas camisetas de fútbol con una excelente relación calidad-precio y te garantizamos que recibirás 100% de los productos que deseas. Cuando otro señor estudia boxeo, y tiene condiciones y hace una pelea magnífica, los críticos del pu¬gilismo exclaman: «¡Este hombre saca golpes de `todos los ángulos’!» Es decir, que, como es inteligente, se le escapa por una tangente a la esco¬lástica gramatical del boxeo. No, señor. De allí no pasa. A lo sumo, este nene, se limita a mirar y a sonreír cuando pasa una buena moza recién casada, como quien dice, pensando en el marido: «¡Qué señora posta tiene fulano!».