Durante la primavera de 1892, en una temporada en la que sus resultados estaban en mínimos económicos y deportivos, mientras que sus rivales del East End venían de ganar la Liga de Norte cinco veces consecutivas, el West End empezó a tener serias dificultades. Durante ese tiempo al frente del Barcelona, hemos podido ver un equipo puramente ofensivo, capaz de anotar dos o más goles en el 53.8% de los encuentros a las órdenes de Xavi (21 de 39). Tan solo nueve choques acabaron sin goles culés.