River y Boca llegaban al superclásico empatados en la punta; a los quince minutos Valentim marcó un gol de penal y faltando cinco minutos para el final, River tuvo un penal a favor que Roma le atajó a Delém, y que se convirtió en una de los momentos más famosos del fútbol argentino. En 1954 Boca salió campeón luego de nueve años.