Sí, la vida es así, pero más complicada para unos que para otros. Estaba preparando la maratón de Valencia en su silla de ruedas, pero lo toma con buen ánimo: «Se curará», dice, «no es una enfermedad ni nada terrible. La vida es así». Carmen, «tenía una entereza, una fortaleza y unas herramientas que me permitían reaccionar con enfado, pero él fue poco a poco haciendo un trabajo de debilitamiento, me generaba dudas y una inseguridad que te mina hasta un punto en el que estás destruida y no puedes decir basta, te echas la culpa y lo justificas».